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HISTORIA DE LAS CIUDADES II

 



maximocossio
Principiante

Sep 9, 2004, 12:36 PM

Mensaje #1 de 1 (8430 visitas)
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HISTORIA DE LAS CIUDADES II Responder Citando El Mensaje | Responder

HISTORIA DE LAS CIUDADES


Le Corbusier solía decir que la vivienda es la máquina donde vive el hombre. Claro está que el revolucionario arquitecto suizo hiciese ésta apreciación, muchas y muy importantes cosas habían pasado en el mundo de la vivienda.
Desde los remotos orígenes de la caverna hasta la aparición de las nuevas ciudades, poco o nada había sucedido con relación a la evolución del hombre. La ciudad como tal marca muy posiblemente uno de los hechos más trascendentes en la lucha del hombre contra su medio ambiente, en su evolución y en su transformación. Y también aquí en la aparición de las ciudades la economía tiene su propia y vital significación. Fueron esas primeras ciudades una decisión económica.
Es simple comprender que los primeros habitantes de nuestro planeta no tenían necesidad de vivir en ciudades. Sus necesidades se agotaban en la búsqueda de alimentos, abrigo, y defensa, para la cual le bastaba en juntarse en pequeños grupos para asegurarse esas necesidades. Quienes se han dedicado ha investigar al hombre, sus orígenes y sus formas de vida, han llegado a la conclusión de esos grupos eran reducidos, ya que los intentos de agrupamientos mayores terminaban en problemas.
Sería largo enumerar los cambios que fueron produciéndose en los hombres, el que por supuesto no es motivo de éste trabajo. El mayor agrupamiento comienza a darse con la formación de las primeras comunidades agrícolas, que lo llevaron al conocimiento de una vida más sedentaria y si se quiere más segura. Estas comunidades le aseguraban su alimento y también le garantizaban formas de defensa mucho más segura que las que debía enfrentar el nómada.
También en ésta etapa, podríamos decir que el hombre comenzó a familiarizarse con la tecnología. Claro que era la “ tecnología” que puede pensarse en unos 3000 años antes de Cristo. Nos referimos a la selección de semillas, el domesticamiento de animales que le servían como alimento y transporte. El hombre había avanzado, pero todavía estaba en niveles inferiores a los de subsistencia. Todo lo que produce lo consume; hasta que descubre los valores del riego. Allí, en ese momento, da el hombre otro gran salto, tiene excedentes. Con los excedentes llega la concentración, Quienes viven vagabundeando y errando, se informan por algún medio que hay lugares donde el alimento “sobra”, y hacia allí se dirigen.
En éstas incipientes ciudades, ¿podemos realmente llamarlas así? Muy prontamente comienzan los hombres a diferenciarse, tanto social como económicamente.
Y allí en ésta diferenciación es posible que encontremos las primeras formas de esclavitud. Los grupos con mayor desarrollo, obligaron a que grupos inferiores trabajasen para ellos. También fue allí donde comenzaron a manifestarse los primeros síntomas de cultura y de organización social. El concepto civilización comenzaba a tomar formas, íntimamente ligado al concepto civilización, llegaron también los términos jerarquía, casta, etc. Lo que hoy llamamos clases sociales.
Comenzó también un incipiente desarrollo del comercio- muy primitivo por cierto-; diversas formas religiosas, y en alguna medida comenzaron a darse “formas de gobierno”. Y aquí también comienzan a manifestarse los grupos de poder y de opresión.
Ya el campesino a perder la supremacía de los primeros tiempos, los conglomerados urbanos imponían su mayor organización y capacidad para comerciar. Comenzaron a manifestarse también aunque de manera muy incipiente el concepto de propiedad.
Ya también en éstas ciudades primitivas se observaban las zonas dedicadas al comercio, a las clases altas y aquellas que ocupaba el pueblo en general.
Generalmente, cuándo analizamos la evolución de la humanidad, la revolución industrial significa para nosotros un hito fundamental. Cualesquiera sean los puntos de vista que sostengamos, todos tienen que ver de alguna forma, con el fenómeno de la revolución industrial. Donde más se sintió el impacto de ésta fue principalmente en las ciudades. En primer lugar porqué las industrias se concentran en las grandes ciudades, y serán las ciudades las que proveerán a esa industria su mano de obra. Aún en los casos en que las industrias optaron por instalarse en zonas libres, rápidamente creció en su rededor su propia ciudad.
Ya el hombre tenía que dejar su hogar para ir a trabajar. El ciclo del artesano comenzaba a extinguirse. La movilidad de la ciudad tomaba su ritmo.
El hombre comienza a perder valores frente a los dueños de las industrias, que ven en la máquina a su primer y más importante accesorio. Comienza a darse una nueva organización del trabajo.
La explotación del hombre alcanza aquí sus picos más sombríos. Las sociedades de beneficencia que albergan niños pobres y/o sin padres, los alquilan para que éstos trabajen 12-14 horas diarias en las minas o industrias.
La ciudad era muda testigo de todos éstos dramas. El rígido estilo de las ciudades medievales pasa al olvido. Las ciudades comienzan a crecer vertiginosamente, de cualquier forma. Lo único que las diferencia es la riqueza de la miseria.
Está el sector de los ricos, allí el pobre no puede ni pensar en estar. Y está también la “fabela”, “ghetto” o “villa miseria” de nuestros días, de las que ya no se diferencia con las de aquellas épocas. Los pobres tenían y tienen un solo patrimonio: sus hijos y ya estamos en el tercer milenio.
La urbanización moderna ha creado un nuevo e insospechado sistema ecológico. La ciudad ha reemplazado a la vieja reciprocidad ecológica entre el hombre y la naturaleza que reinó y reguló su vida durante milenios. LEER LA TEORIA DEL DESARROLLO SUSTENTABLE DE MAXIMO COSSIO ETCHECOPAR.
Al urbanizarse el hombre deja de depender ya de los factores exclusivamente naturales, y esto no ha sido del todo tan bueno para el ser humano.
Lo cierto es que esas formas de vida fueron construyendo otro tipo de hombre. Hemos creado nuestro propio entorno sintético, y ello nos ha llevado a depender de él. No es posible inmaginar hoy que sin ese entorno podamos sobrevivir, aunque es válido afirmar también que ese entorno nos suma día adía nuevos y más complicados problemas, que amenazan nuestra propia supervivencia.
Según la teoría que aceptemos el hombre vive en éste planeta, desde hace ya por lo menos unos cuantos milenios, que algunos lo llevan algo así como un millón de años.
Si nos detuviéramos a pensar que el hombre a sobrevivido a todas las otras especies, las cuales eran más fuerte físicamente que el hombre y más veloces, es fácil deducir que su supervivencia estuvo dada esencialmente por su inteligencia. No era precisamente el hombre quién tenía las garras más poderosas. Ni tampoco eran nuestros antepasados quienes tenían los colmillos más afilados y duros.
Frente a su hábitat de aquel momento sólo tenía su capacidad para razonar y para pensar, eran y siguen siendo sus armas más eficaces. Cada invento que fue produciendo, desde el rudimentario palo que utilizó para arar la tierra o defenderse de los animales, hacía que aumentara sus posibilidades de supervivencia. La agricultura y la cría de animales lo acercaban aceleradamente a nuevas y revolucionarias formas de vida.
Había una relación inseparable hombre tierra. En ésta relación fueron dándose los incipientes sistemas sociales, comunidades primitivas, formas de religión, de comercio, etc.
Con la urbanización el hombre dio un paso gigantesco al vacío. En primer lugar comenzó a comunicarse entre distintos grupos, ya sea por razones culturales, religiosas o simplemente de intereses.-

COMO SURGIERON NUESTRAS

PRIMERAS CIUDADES


Las ciudades griegas y romanas, en sus comienzos, según los historiadores, no fueron producto de la casualidad y de la improvisación. Se las planeó y se las organizó socialmente antes de que iniciaran su existencia. Unos de éstos historiadores, Fustel de Coulanges, sostiene que entre los antiguos, una ciudad jamás se formaba gradualmente mediante el aumento lento del número de hombres y de casas. Fundaban una ciudad de una vez, toda entera en un día, pero los elementos de la ciudad debían estar listos antes, y ésta fue la tarea más difícil y corrientemente la más vasta. En cuanto a las familias y las tribus acordaban reunirse y aceptar un mismo culto, inmediatamente fundaban una ciudad era siempre un acto religioso. Hoy, sin embargo, construimos nuestras ciudades para la cohabitación de grupos no reconciliados culturalmente.
Cuándo las familias y las tribus se confederaban para formar una ciudad nueva, traían consigo sus dioses, sus fuegos sagrados y el respeto por la propiedad. “En las casas de todos los griegos y romanos había un altar, en ese altar siempre había una cantidad de cenizas y algunas brasas”. Coulanges dice que este fuego perpetuo era considerado el espíritu de los dioses familiares, los antepasados. Los muertos eran enterrados en un espacio reservado de la tierra de cultivo que poseía la familia. Todavía hoy pueden observarse vestigios de esta vinculación de fuegos espirituales, adoración y respeto por la tierra familiar en lugares tan separados como el Japón rural y algunas comunidades de indios mayas en el interior de Guatemala.
Para un pueblo agrario era lógico que las tierras privadas tuviesen un sentido temporal como religioso.
El derecho romano tiene un especial respeto por la propiedad privada, el cuál fue trasladándose a través del tiempo.
Aún hoy en nuestras ciudades sigue firmemente aferrado el criterio de asociar la seguridad familiar al derecho de la propiedad.
Dos estilos de vida distintos como lo son sin dudad el sector agrario y el sector urbano, producen por supuesto distintas interpretaciones de la vida y de la sociedad. Tienen distintas creencias, distintos valores culturales y hasta distintos valores materiales.
El agricultor es propenso a aferrarse a formas más autosuficientes, rechaza la interdependencia a que se ve obligado adecuarse el hombre de la ciudad.
Thomas Jefferson solía decir que el hombre de campo con su propio terreno que pudiese cultivar él y su familia, gozaría de seguridad económica y, por lo tanto, sería independiente políticamente. Como consecuencia de ello se obtendría un pueblo virtuoso y democrático. Ello llevó a considerar que la compra del territorio de Louisiana a Francia no sólo serviría para alejar a los franceses de las puertas de la nación; sino que, al mismo tiempo, podía proporcionar terreno a todos aquellos que lo pretendiese. Era ésta la forma cómo el hombre de campo vivía y sentía sus formas de vida.
En lo que hace al hombre de la ciudad, ha construido una nueva clase y nueva hasta aparente fascinante forma de vivir, pero aún muchos de sus comportamientos están enraizados en valores típicos del campesino.
La familia, ya sea la del campesino como la de quién vive en la ciudad, es una unidad orgánica, conforma el mecanismo de toda una forma cultural y social de vida.
Incluso en su manera de comportarse políticamente actúa de manera distinta al hombre de la ciudad. El campesino europeo o americano es poco propenso a apoyar a los partidos políticos que tienen como basamento una amplia estructura social. Desea que el gobierno se mantenga alejado de sus cosas, salvo, claro está, cuándo se trata de subsidiar sus productos.
El hombre de la ciudad, impulsado por el sentido de la subsistencia que desarrolla la misma ciudad, insiste en obtener servicios importantes del gobierno. Desde una educación pública de alta jerarquía, pasando por un sistema de seguridad social público, que no exige ni tiene el campesino. Es el hombre de la ciudad el que vota a favor de costosos caminos y eficientes servicios de transporte público. Incluso en los países altamente desarrollados es el habitante de la ciudad es el que generalmente está más a favor de mantener una maquinaria bélica, cuyo fin económico es de asegurar ingresos extras provenientes de los países subdesarrollados.
Además, es la ciudad con sus habitantes quien provee los mayores recursos para el desarrollo y poderío de una nación, hecho éste que no se verificaba, por ejemplo, a principios del siglo, época en la cual la participación del sector agropecuario en la composición del PBI de cualquier país era el más importante.
EL DRAMA DE LAS CIUDADES DE HOY

La finalización de la segunda guerra mundial produjo muchos cambios, entre ellos uno que no parece tener visos de solución y que, por el contrario, crece más y más. La emigración interna hoy, en nuestros países principalmente, ya no son únicamente jóvenes emprendedores quién abandonaban el medio rural para probar fortunas en las ciudades. El éxodo es masivo. Han podido comprobar que aún viviendo en villas de emergencia están mejor que en su pequeño pueblo (o al menos lo creen). Tienen allí todas las “cosas” fascinantes que la radio y la TV le trasmitieron durante tantos años. Desde la elemental luz eléctrica, pasando por la posibilidad de ver a su equipo de fútbol favorito, las comunicaciones de flujos y reflujos, el cine, etc., o lo que es más importante todavía, ya no tienen que depender de un patrón exclusivo, puede cambiar pero no tan fácilmente por que están faltos de capacitación para encontrar el escaso trabajo que hay en las grandes ciudades.
La ciudad le dio cierto grado de independendencia, de comodidades, y no están dispuestos a perderlo. Así es como se acumulan los problemas en las ciudades.
Además no sólo la falta de vivienda, a ésta constante invasión se le han creado problemas de todo tipo. Desde los problemas de higiene y contaminación, pasando por problemas culturales, de abastecimiento, etc.
Cuándo una familia consigue superar el marco de la miseria y promiscuidad en que vive, y traslada a zonas más ordenadas, una, dos, diez familias están prontas a reemplazarlas.
Este problema no es privativo de los países en vías de desarrollo. También sucede en los países desarrollados. Veamos si no qué sucede en los ghettos de Nueva York, o en los barrios de los latinos.
Los nuevos pobres de Europa son hoy los inmigrantes turcos, argelinos, portugueses, griegos, que llegan a las grandes ciudades para realizar las tareas mas ingratas. Para ellos fue un mejoramiento de sus condiciones de vida. Ahora tienen la posibilidad de enviar a sus familias algún dinero. Pero el nivel en que viven en las grandes ciudades como Berlín, París, Ginebra, etc., está muy lejos del nivel y confort del nativo.
Estas formas de vida en las grandes ciudades, trajeron consigo un pavoroso drama social: la pérdida de identidad, la marginación, la drogadicción, la corrupción, la promiscuidad, el hacinamiento, la delincuencia de todo tipo, la degradación, la muerte ya que la vida humana vale muy poco en las grandes urbes y nos falta agregar que con la informática el hombre e vez de sentirse comunicado se siente aún mas aislado.
En el año 1970 hice una progresión de ciudades al año 2000, arrojando el siguiente diagnóstico que inexorablemente se está dando, y me refiero al ritmo de urbanización en el mundo. Decía taxativamente “al actual ritmo de urbanización, entre 1970 y el año 2000, el mundo requerirá la formación del equivalente de 2000 ciudades nuevas de un millón de habitantes cada una. Este enorme crecimiento ocurrirá principalmente en los países en desarrollo y en las ciudades que experimentan graves déficit de infraestructura y vivienda. Los países en desarrollo se encuentran al borde de una crisis urbana sin precedentes en la historia del mundo”.
La delincuencia no es sólo motivo de la pobreza. Creo que en ella se suman o conjugan los problemas económicos con los problemas culturales y educacionales, que la globalización está muy lejos de poder solucionarlos.
LAS FORMAS CONCRETAS
DE LA MISERIA EN LAS CIUDADES

Casi todas las ciudades del mundo tienen su “villa de emergencia”. Estas zonas son, en la práctica, el lugar de asentamiento para los marginados.
Los rasgos económicos más característicos de la cultura y de la pobreza en las grandes ciudades incluyen la lucha constante por la vida. Períodos de desocupación y la sub ocupación, el cual no alcanza ni para la subsistencia. Ello lleva al trabajo infantil, a la imposibilidad de ahorrar, a la permanente ausencia de los alimentos imprescindibles para la familia. El sistema de compras por parte de éstos grupos no puede desarrollarse más allá que el de comprar en forma fragmentada, pequeñas cantidades de alimentos, y otros ya comen basura.
El caso de los extranjeros suele agravarse todavía más porque éstos, en muchos casos, no tienen legalizada su situación, lo que permite su explotación por organizaciones montadas a esos efectos, pagándoles sumas irrisorias sin cubrir ni las más elementales normas sociales y a otros no les pagan. En muchos casos éstos “inmigrantes furtivos” hasta tienen cerradas las puertas de los hospitales públicos por la imposibilidad de mostrar su documentación. Sucede tanto con los turcos de Berlín como con los italianos, yugoslavos o españoles en Suiza, argelinos en Francia, o latinoamericanos en EE.UU., o con los bolivianos, paraguayos, peruanos en Argentina. Este tipo de inmigrantes no tienen posibilidades de insertarse en la sociedad para la cuál trabajan.
Viven dos mundos al mismo tiempo, nada compatibles entre ellos. La cultura, el idioma, la religión, las formas de vida, incluso hasta el clima es distinto. El inmigrante no tiene otro camino que acercarse a sus propios connacionales. Los griegos, por ejemplo, que en crecido número están en Alemania, para sus fiestas no tienen otra alternativa que celebrarlas en estaciones ferroviarias. Los italianos se acercan a las iglesias, a veces protestantes, para reunirse, recordando las costumbres de sus tierras.
Por todo lo expuesto no me queda más remedio, y con profundo dolor y preocupación, que calificarlos “nueva clase” como los esclavos del tercer milenio.
Estos parias sociales sin embargo se han constituido en un excelente recurso para sus pises de origen. Los yugoslavos radicados en el exterior significan para su país la segunda fuente de divisas, mientras que los inmigrantes españoles ocupan el tercer lugar. Su emigración, además alivió tensiones sociales por la falta de trabajo que existe en su país, y a su vez lo proveen desde el exterior de divisas que el país se desespera por reunir, también alivian el déficit habitacional a sus países. Lo mismo sucede en la Argentina con nuestros hermanos latinoamericanos.
En estos países se han formado numerosos grupos de opinión, que en algunos casos cuentan con el apoyo de sectores sindicales, los cuáles tienen como único fundamento lograr la expulsión de los extranjeros, como también ocurre en nuestro país. Con esto está vigente lo del espacio vital,
INTERROGANTES PARA EL FUTURO

Si la descripción del panorama actual podemos calificarla de negativa, las tendencias que las mismas señalan para el futuro son más sombrías aún.
La ciudad debería ser el lugar destinado a la realización del hombre, tanto individual como socialmente. Sin embargo, a medida que los problemas se agravan, se convierte en una trampa feroz
El avance tecnológico, antes que solucionar los problemas, los a complicado mas aún. Hacinamiento, ruido, smog, villas miserias, etc,etc, etc.
Por ello me atrevo a decir que las ciudades modernas se aproximan más a la pobreza que cualquier otra cosa.
Ya no es posible encontrar en países como Japón, o los de Europa occidental, la separación clásica que antes había de ciudad en ciudad. Sólo existe una separación teórica se han convertido en mega-ciudades, en verdaderos países. ¿o de que forma podríamos llamar a los 54 millones de japoneses que viven en un radio de 60 Km2 tomando a Tokio como centro? ¿O quienes pueblan la cuenca del Rhur, que superan los 37 millones de habitantes? Otro tanto podríamos decir de las zonas de EE.UU., Gran Bretaña, Francia, etc.
¿Cuántas veces la angustia que provocan ésta gigantescas ciudades han sido causantes directos de las drogas y el alcoholismo, por que gran parte de la población, ya no quieren entrar en el sistema más bien quieren escarpase de él por ello que han bajado los brazos entrando al mundo de las drogas, y del suicidio colectivo. Gran parte de la juventud mundial ha perdido el interés por vivir.
El crecimiento vertiginoso de las ciudades es generado por la explosión demográfica, a quién debemos sumar el continuo despoblar y traslado de nuestros campos a las ciudades. No importan las condiciones que deban soportar.
Las legendarias favelas de Río de Janeiro en 1950 albergaban a 419.000 personas, hoy más de 1,85 millones de brasileños pueblan las favelas de Río. Este ejemplo se repite intermitentemente en cualquier ciudad que tomemos.
CIUDAD, CULTURA Y FUTURO

Hemos dedicado una buena parte del espacio a señalar los gravísimos problemas que hoy presenta el mundo con relación a la vivienda. Sin embargo considerando lo que la ciencia y la técnica pueden llegar a realizar, queremos señalar, aunque más no sea como una formalidad “utópica”, las posibilidades que se barajan hoy con relación a las ciudades del futuro.
Por ejemplo un arquitecto griego habla de la ciudad “cósmica”. Es ésta un inmenso edificio, cuya base tiene un cuadrado con una superficie de 30 cuadras de lado, y cuya altura es de 5.000 metros, algo menos que nuestro Aconcagua. Este griego de nombre Xenakis, afirma que pueden vivir allí 5.000.000 de personas. Por supuesto con todo el confort que la tecnología nos pueda dar, para que el hombre entre en su plena realización.
Si non propusiésemos encontrar un ejemplo de sociedad opulenta, dinámica, potente, seguramente coincidiríamos que los EE.UU., reúne todos los requisitos.
Sin embargo todo el poder, todo el esplendor que simboliza la sociedad americana no la exime de contar con una fuerte dosis de pobreza urbana, una pobreza que parece ser privativa de los países sub. desarrollados, por lo tanto está muy lejos de realizar ésta ciudad cósmica.
Mi propuesta es la ciudad inmaterial, teoría propia que no vale comentar en éste trabajo, porqué corro el riesgo que sea incomprendido, ni tampoco es el momento apropiado para largarla.
El tema de la pobreza no será posible combatirlo si no se está dispuesto a modificar las bases socioeconómicas de la sociedad. Dicho de otra forma, el problema de la vivienda no se soluciona en forma individual, del conjunto. Sus posibles formas debemos encontrarlas en esas transformaciones.
Los marginados del mundo ya no creen en las instituciones, por que ya no solucionan nada.
Hay una ley física que dice “que a toda causa corresponde un efecto”. Nos preguntamos, ¿los pobres son causa o efecto en la sociedad? Creemos que son un efecto de los problemas socioeconómicos, y no la causa de éstos.
Quizá el ejemplo de Brasilia, debe ser tenido en cuenta para cualquier planteo global de la vivienda. No basta con planear una ciudad con todo el desarrollo que la arquitectura está en condiciones de brindar. Las condiciones sociales de Brasil terminaron influyendo de manera decisiva en Brasilia. En materia de viviendas, no es posible separar la obra en si que se está en condiciones materiales de construir, sino que ella debe estar íntimamente relacionada con el contexto social y espiritual del pueblo que debe habitarla.
La ciudad tal como la conocemos, ha cumplido su ciclo, de aquí en más deberá ser diferente. Debe ser indivisible de esa “nueva sociedad” ese “nuevo hombre”, que se pretende construir.

EL ESTILO ACTUAL DE LAS GRANDES CIUDADES: ANARQUIA CONSTRUCTIVA INDIVIDUALISTA Y FUNCIONAL.

Ya nadie duda que se ha perdido todo entusiasmo por las soluciones que el utilitarismo industrial impuso durante tantos años, y que sin duda aún persiste, más que porqué se lo acepte, por las distintas condiciones que sociales y económicas que obligan al mismo.
Continúan construyéndose edificios y aglomeraciones rígidas por el más puro tecnicismo industrial.
Otro tema aparentemente sin solución es la ordenación arquitectónica de las ciudades antiguas, especialmente aquellas con la gran riqueza de monumentos y tradición de sus edificios, Europa es un claro ejemplo de ello. El llamado tecnicismo industrial ha desgarrado barrios enteros, destruyendo en muchos casos para siempre signos concluyentes de toda una etapa de la cultura y de la historia de esos pueblos.
EL PAPEL DE LAS CIUDADES EN ÉL PROCESO DE DESARROLLO

Las ciudades son muchas cosas, por supuesto, pero esencialmente son un instrumento para proporcionar a todos sus habitantes una vida más productiva.
La mayoría de las ciudades enfrentan el mismo drama: cómo evitar la amortización prematura del hombre latinoamericano, sujeto al trauma y la injusticia, y la manera indigna de cómo ha sido asentado en la misma tierra que vivimos nosotros.
El hombre latinoamericano sufre también lo que podríamos denominar la incidencia de la transferencia de valores de una sociedad más opulenta a una sociedad deficitaria y abandonada. Estamos buscando soluciones a la gente de menores ingresos, más originadas por nuestro propio criterio de valores y necesidades reales de la gente de nuestras áreas marginales.
La más grande frustración del hombre de hoy es sentirse marginado en un mundo de intensa comunicación masiva, sin posibilidad de participar activamente en las tomas de decisión, debemos crear en sentido los mecanismos de diálogo, que abran las puertas a la participación cívica. Del éxito que podamos alcanzar hacia éste objetivo, dependerá la circunstancia de un mejor futuro para todos, Vamos a entrar en el año 2000 con el doble de la población que había hace 25 años, obviamente me estoy refiriendo a América latina, enfrentando tremendos problemas de población, alimentación, desarrollo urbano, etc., etc.
HISTORIA DE LAS CIUDADES EN AMERICA

Durante el período precolombino, existió una planificación de la ciudad. Fueron construidas primero y remodeladas después, por quienes detentaban el poder, y adecuaron las ciudades para cumplir determinadas funciones. En la práctica la actitud de los grupos dominantes fue la incorporación de medidas reguladoras y ordenadoras del crecimiento urbano a diferentes escalas.
Para ello fue necesario que existiesen determinadas condiciones políticas, económicas y sociales, para que éstos grupos decidiesen e implantasen ambiciosos programas de desarrollo rural y construcción urbana. Este peculiar sentido planificador utilizó la repetición de criterios uniformes basados en soluciones experimentales y trasmitidas a otras culturas. Los historiadores coinciden en general en sostener éste concepto, y dan como ejemplo las comprobaciones efectuadas en ciudades como Teotihuacan, Tenochtitián y Chan Chan entre las de mayor importancia.
En un trabajo publicado en los EE.UU en 1973 “Precolumbian Cities”, su autor, J Hardoy, sostiene al referirse al crecimiento urbano de las ciudades de América central que pueden observase en las mismas un conjunto de características o funciones, para definir a las ciudades precolombinas. Un plano urbano y calles, una estructura jerárquica de la sociedad, un centro comercial que depende en cierta medida del trabajo agrícola de gente que vive fuera de la ciudad, un centro de transformación de materias primas importadas en parte de otras regiones. Según Hardoy, la mayoría de las ciudades se originaron sin un plan coherente, excepto los centros ceremoniales y religiosos.
Por su parte, Schaedel R, en su trabajo “The city and The Origin of de states in América” considera que el desarrollo de la ciudad en el proceso de urbanización fue en gran parte paralelo a la centralización de los más altos niveles de integración política representados por el estado secular. L a existencia de la ciudad es una precondición para la consolidación permanente del estado. El autor termina afirmando que aunque el estado puede aparecer temporariamente sin la cristalización de sus funciones en un asentamiento diferenciado, su continuidad solo puede encontrarla en una verdadera estructura urbana que consolide, si no intensifique, su estratificación.
Tenochtitlán fue la ciudad mas poblada e importante de toda América, con antelación a la conquista. Su templo mayor fue sin duda el conjunto arquitectónico más extenso y monumental de la época de América, y uno de los más importantes del mundo. Tanto la ciudad como el templo fueron destruidas durante el sitio que precedió a la caída definitiva. El trazado del templo en una superficie superior a las 16 Has, y la ciudad que lo circundaba que llegó albergar, según los historiadores a casi 200.000 personas, dicen con elocuencia del grado de desarrollo no solo arquitectónico o urbanístico que alcanzó esta espectacular civilización, si no también la organización social y económica capaz de mantener en movimiento una ciudad de esas dimensiones.
Hubo ciudades como la de Teotihuacan, que más allá de sus dimensiones—fue una de las ciudades de la era preindustrial más grandes del mundo—alcanzaron a mantenerse activas con sus formas de gobierno y de vivienda más de 500 años.
Su esplendor cultural religioso, político y económico fue comparable incluso a ciudades como Roma, la Mecca oBenares. John Rowe en su meticuloso estudio sobre los Incas “what Kind ojf a Settlement was Inca Cuzco” sostiene que Cuzco fue la capital política y administrativa de un gobierno muy centralizado en un gobernante absoluto. Cuzco fue quemada por los propios Incas cuando asediaron a los españoles, en 1535, para luego ser reconstruida como una ciudad española. Sin embargo, a pesar de todo ello, todavía el indígena de la región continúa construyendo su casa en la misma forma que la construyeron sus antepasados, hace ya más de 500 años.
Apenas su han suplantado algunos materiales, en la construcción de las mismas, pero manteniendo sus formas en todo sentido. El prestigio del Cuzco fue una consecuencia directa de sus fundaciones como sede del gobierno imperial y centro religioso y centro religioso. Su crecimiento físico y demográfico, su riqueza y su gravitación como centros de servicios fueron paralelos al crecimiento del poderoso imperio Incaico. En su trabajo Rowe distingue entre los distintos tipos de clases que integraban la comunidad Incaica, u las formas que éstos vivían, ya sean comunidades agrícolas o habitantes urbanos. El grado de desarrollo urbanístico alcanzado por éstas comunidades es elemento llamativo. Desde la solidez de las construcciones que efectuaban pasando por las líneas y trazados de sus ciudades, la primacía de la ciudad sobre los grupos agrícolas era de por más evidente.
Un estudioso de todas las formas urbanísticas Incaicas como sin duda lo es Schaedel, sostiene que a pesar de los errores estéticos que pueden detectarse en las comunidades urbanas, se adaptaba muy bien al medio ambiente, y que sin duda debería ser tomado en cuenta para el planeamiento urbano hoy en día.
Lo que muchos historiadores definen como “cultura material de los Incas” ejerció notable influencia sobre todas las formas de vida de todas sus comunidades. Construyeron carreteras, puentes y grandes depósitos que se suponen fueron el almacenamiento de alimentos y su procesamiento. Además, los Incas habían desarrollado una adecuada tecnología no solo para la construcción de complejos caminos y puentes, sino que transportaron las mismas a sus viviendas, haciéndolas resistentes y seguras.
En todas las ciudades Incas de han observado con nitidez, que las mismas estaban claramente diferenciadas por los distintos estratos sociales que la habitaban.

 
 


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